Que otros se jacten de las páginas que han
escrito; a mi me enorgullecen las que he leído.
Jorge Luis Borges

viernes, 4 de noviembre de 2011

La promoción de la lectura

Por: Juan Hernández
Mediador de Sala de lectura de Mexicali, Baja California

“Dadme un punto de apoyo y moveré al mundo, y sin embargo se mueve, tengo un sueño, amaos los unos a los otros, pienso luego existo, la religión es el opio de los pueblos, hasta la victoria siempre, puedo escribir los versos más tristes esta noche, ojo por ojo y el mundo quedara ciego; quizás creas que soy un sonador pero espero que algún día te nos unas y así seremos más…”

Se dice que la historia del hombre inicia con el uso de los símbolos con un valor significativo, de ahí hasta este momento es el registro de acontecimientos, es debatir con lo indebatible,  pensamientos, hechos, sentimientos, expectativas, postulados, leyes humanas y divinas. Tan solo recordar mi primer libro, “Mis primeras letras” aquel pequeño libro blanco ilustrado en la portada con las vocales y un ratoncito café sonriendo, los libros de mis primas en aquellas mochilas de tela donde olía a lápiz y papel. A papel de texto gratuito, de primero, de segundo, de tercero, aun no identificada cada letra como tal pero sus imágenes me transportaban a otras partes.

Y aun así eso era poco comparado con los primeros textos que leí; La tarara, La balada del silencio, Adivina adivinador, El hombre de cristal, Medusa contra Perseo…no conozco Grecia y sin embargo he caminado en los campos eliseos, en el Partenón, navegue por el mediterráneo, y conocí las arenas del desierto de Ali baba. Así me enseñó aquel señor que dice ser mi padre porque tengo su rostro y su sangre, que se me ponía conmigo recostado en la cama cuando llegaba del trabajo a leerme historietas y contarme aquellas partes de la historia que no aparecían en el dibujo, aun cuando el apenas sabía leer  ¿Y si eso lo cambio a él, me cambió a mí, cambiaria a otros?

Tan solo hace una semana proyecte en la pared el discurso más famoso de Martín Luther King, aquel activista de color que movió masas en el sur y centro de Estados  Unidos a principio de los 60’s. En un principio creí que era tiempo perdido presentar aquella imagen vieja a blanco y negro a un puñado de quinceañeras y ñeros que no prestan más atención más que a su televisor. Cuando todo hubo quedado en silencio y aquel líder cristiano comenzaba a decir: Tengo un sueño donde los niños blancos y los niños negros se tomen de las manos y domen a la montaña…quise detener el video y e solo estruendo de sus voces me detuvo, los subtítulos iban aprisa pero aquellas y aquellos jóvenes me pidieron no avanzar: Déjelo correr, Profe. Queremos saber en que termina.

La explanada y la fuente del obelisco frente al monumento a Lincoln mostraba un lleno total mientras Martín Luther King era una diminuta mancha entre la prole: ¿El solo consiguió tanta gente?
Y las preguntas aparecen.
¿Quién no ha sido discriminado? ¿Quién no ha discriminado? ¿Qué sientes? ¿Qué piensas? ¿Que si y que no estás dispuesto hacer?

La incógnita se esparce y aparece de nuevo ¿cambie el mundo? No, ellos me cambian a mí, cuando solo un día después se rehúsan a tomar un libro, eso no va con su realidad, eso no va con sus expectativas, ellos no irán a la universidad ¿pa’que?
¿Quién tiene las repuestas? ¿Dónde están escritas para llegar ahí?
¿Cómo puedo sentarme a una mesa de trabajo cuando los mismos profesionistas que educan a estos niños gritan a todo pulmón después de una catástrofe: Dice el noticiero que esto es un ataque terrorista y no tendremos luz hasta dentro de tres días? ¿Qué hago cuando me dicen que son experimentos de las manchas solares?
¿Cómo puedo ver hacia adelante cuando mi superior solo ve Spartacus y Glee?
(Neeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee).

Aunque caminara en el valle de las sombras no temeré pues el señor es mi pastor…dejen  entonces que los niños se acerquen a mí, para que puedan enseñarme algo.
Había leído muchas veces a Pablo Neruda, pero nunca lo había interpretado como aquella tarde, donde renuentes estos chicos leen conmigo; Me gustas cuando callas porque parece que estas ausente…
¡Yo leo! ¡Yo leo!.... ¿A ver quién está enamorado?
¿Me presta el libro? Ya ve, nunca participo pero me gusta lo que dice ese señor…

En el siglo XVIII inicia la revolución francesa, madre de la democracia y la republica moderna, unos siglos antes a escondidas Da Vinci pintaba los primeros bocetos que inspiraría a Julio Verne en el siglo XlX para escribir sobre los viajes espaciales y submarinos desafiando la gravedad y las leyes inmutables rotas por Charles Darwin en su postulado de la evolución de las especies ante la teoría de la creación divina de aquel mismo libro que Gutenberg haría accesible para todo mundo con su invento de la imprenta tan solo tres siglos antes. Ese mismo libro que Martín Lutero traduciría a varios idiomas para dar la palabra del primer Dios de la historia conocida que entregaba un instructivo de su voluntad a manos de Moisés mas de un milenio antes, cuando el imperio fenicio ya no existía y las tablas del código de Hammurabi era solo un recuerdo de las primeras leyes de reglamento del hombre. Leyes que inspirarían a Alejandro Magno pupilo de Aristóteles, para construir la gran biblioteca de Alejandría, y que Platón la vería como  lo mas cercano a la Isla y sociedad de Utopía, la cual Inspirarían a Carl Marx, Nietzsche, Engels, y estos a su vez a Hitler, a Lenin, Stalin que serían repelidos por su antítesis propuesta por Descartes, por un Fromm, por un Gandhi, por un Víctor Frank, por un incomprendido Einstein, hechos y actos que marcaran a Justo Sierra, a Cárdenas, a Los Hermanos Flores Magón, a la Pluma de Mariano Azuela, a Juan Rulfo, a Juan José Arreola, a Pablo Neruda y Sabines, ha Salvado Allende y aun a Pinochet, como una cadena de eslabones inmensamente infinita tocada de mano en mano, de vida en vida hasta llegar a ese Martín Luther King que les movió las entrañas aquellos niños hijos de obreros que no tiene tiempo para convivir con ellos y una tele y una Internet y una guerra contra el crimen que se los come cada día.
Como si ningún hombre por sí mismo fuera una isla, todos formamos parte de la misma tierra, no hay que preguntar por quién tocan las campanas. Tocan por mí.

Hay días negros, días oscuros, y sin esperanza, días que parecen y carecen de sentido, pero esta rueda no se detiene y cada punto y coma de la palabra escrita nos ha hecho cambiar este mundo en menos de 12 mil años…menos de lo que vivió el más insignificante de los dinosaurios.
¿Cambios?
Definitivamente: sí.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Reglamento para una Sala de lectura

Reglamento para una sala de lectura
1.- El mundo entero cabe en una sala de lectura.
2.- Y también cabes tú y todos los demás.
3.- El horario de la sala se establece buscando el beneficio de la mayoría y de acuerdo a la disposición del tiempo del mediador.
4.- Tu asistencia será de acuerdo a tu tiempo y al horario previamente establecido.
5.- Cuando se programen reuniones y/o lecturas en grupo, llegaremos a tiempo.
6. Tienes derecho a participar leyendo en voz alta y en silencio, y también tienes derecho a escribir tus propios textos.
7.- Tienes derecho a escuchar lecturas de otros lectores y/o escritores.
8.- No manejaremos alimentos ni bebidas junto con los libros.
9.- Repórtale al mediador cuando quieras llevarte un libro. El tiene un registro de préstamos.
10.- No te deben interrumpir cuando leas y/o escribas. Ni debes interrumpir a otros lectores y escritores.
11.- Tu alegría y entusiasmo solo tendrá como límite el que no moleste a los demás.
12.- Todos debemos cuidar los libros, pero este cuidado no debe limitar su uso y lectura.
13.- Gracias por venir a tu sala de lectura y siempre que puedas sigue acercándote a la lectura y a la escritura.

Reglamento creado por los promotores de lectura que asistieron al 4to módulo de capacitación en Baja California 2011.

Estaban los lectores de Salas
muy entrados en la lectura
cuando muy engalanada
llegó feliz la huesuda.
No vengo a llevarme a nadie
dijo con mucha premura
vengo a ver si puedo entrarle
al circulo de lectura.